El control de accesos con reconocimiento facial y detección de temperatura
Las consecuencias de la crisis sanitaria provocadas por la COVID-19 son ya en parte muy visibles, pero todavía en parte una incógnita, alimentada por múltiples incertidumbres entre las que predomina la duda sobre posibles rebrotes tanto actuales como en la estación otoñal.
En las últimas semanas, los sectores público y privado han aumentado o retomado su trabajo después de un período de actividad casi nula en muchos servicios. La normativa legal que ha determinado las medidas a tomar en este reinicio (control de aforo, distanciamiento social…) nos va a acompañar, con mayores o menores restricciones, durante un tiempo todavía indeterminado. El objetivo de tales medidas no es otro que permitir una vida similar a la que llevábamos antes de la aparición del virus, pero volver a evitar la propagación descontrolada del mismo.
Nuestros diversos dispositivos de control de accesos con reconocimiento facial y detección de temperatura permiten ir un paso más allá para garantizar la seguridad y la salud de los propios empleados y de los clientes. En los múltiples estudios clínicos realizados hasta el momento, se ha observado que la fiebre es uno de los síntomas típicos de la enfermedad. Estos dispositivos permiten analizar, generalmente ya a la entrada al establecimiento, si una persona (empleado o cliente) tiene fiebre y pueden contribuir por lo tanto a limitar la propagación del virus.
Nuestros dispositivos de última tecnología se caracterizan por funcionar con Inteligencia artificial (IA) y un algoritmo de Deep Learning que aumenta la precisión y evita la suplantación de identidad en un 38% respecto a otras soluciones con algoritmos tradicionales. Tienen una tasa de verificación de menos de 0,2 segundos, y no es necesario contacto alguno con el dispositivo, hecho que evita contagios y aumenta la rapidez y practicidad de cara a los usuarios.
Los dispositivos soportan varios métodos de validación (tarjeta, cara y temperatura), cuentan con un rango de detección de temperatura de entre 30°C a 45°C (con un nivel de precisión de ±0.5 °C) y una distancia de autentificación entre 0,3 y 2 metros. Poseen también la función de detección de mascarilla, de manera que es posible programar una alarma cuando el sistema detecta que la persona que entra no lleva puesta la mascarilla.
Las diferentes soluciones difieren en el soporte del dispositivo para adaptarla a cada tipo de ubicación: montaje en pared, con soporte tipo pedestal o con un soporte ideado para su montaje en tornos. Estos tres tipos de dispositivos se comunican con una unidad de gestión inteligente que se puede instalar en la caseta de vigilancia, la recepción, etc. Dicha unidad responde y envía las llamadas, recibe alarmas y desbloquea las puertas remotamente.
Creemos que la utilidad real del control de temperatura contribuirá indudablemente a mejorar la seguridad de los empleados y de los clientes y por lo tanto a darles una mayor tranquilidad. En el caso de los clientes, además a mejorar su experiencia en el establecimiento y en definitiva a su fidelización.
Evitar una nueva propagación del virus está en manos de todos. Ser responsable es una prioridad y poner los medios para ello es ir un paso más allá.
