La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 parece estar remitiendo en nuestro país y en otros lugares del mundo. Es por ello que, poco a poco, se han ido tomando medidas que nos acercan a lo que se ha denominado “nueva normalidad”. Sin duda un término y una “normalidad” a la que todos todavía nos tendremos que acostumbrar.
Una de las medidas más importantes que se han adoptado es el control del aforo en establecimientos de distinto tipo: oficinas, fábricas, tiendas o centros. Muy probablemente, hasta casi con total seguridad, las concentraciones y aglomeraciones humanas, especialmente en espacios cerrados, han favorecido la propagación de este virus. Es por ello que la limitación de personas en zonas comunes contribuye a garantizar la seguridad y salud tanto de los empleados como de los clientes de las empresas.
Para facilitar el control del aforo, en Trablisa disponemos de un dispositivo (con una fiabilidad superior al 98%) que permite controlar, de manera automática, el nivel de ocupación de un establecimiento en tiempo real y que ofrece además otras prestaciones como son: estadísticas, gestión de colas, identificación de grupos o tiempo de espera. Funciona en todo tipo de condiciones lumínicas (con la opción de infrarrojo) y tanto en espacios interiores como exteriores. Se caracteriza además por no grabar imágenes ni almacenar datos que comprometan la privacidad de los clientes.
En la zona de su instalación permite controlar, gracias a sus sensores de videoanálitica 3D de alta eficiencia, hasta 6,5 metros de acceso y hasta 25 metros cuadrados de cola.
Para los clientes son visibles unos monitores a modo de semáforo que le indicarán, en base al cumplimiento de los límites del aforo, si puede pasar o debe esperar con las frases “Adelante, bienvenido” sobre un fondo verde o “Un momento, por favor” sobre un fondo rojo, respectivamente.
El responsable del establecimiento podrá consultar datos tales como aforo, visitas acumuladas del día y estadísticas e indicadores de medición de la eficiencia del negocio.
Creemos que la utilidad real para evitar aglomeraciones contribuirá indudablemente a mejorar la seguridad de los clientes y por lo tanto a darles una mayor tranquilidad, a mejorar su experiencia en el establecimiento y en definitiva a su fidelización.
Evitar una nueva propagación del virus está en manos de todos. Ser responsable es una prioridad y poner los medios para ello es ir un paso más allá.
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